Hace cientos de años, los Dioses Del Mercado, enviaron a sus soldados a apoderarse de los productos que no tenían dueño, es decir, los que no tenían una marca propia. Aunque todo parecía una competencia pacifica por apoderarse de los productos, creando así una sola metrópolis, la competitividad de los Dioses por vender sus productos provocó la envidia de otros, los cuales decidieron separarse de la metrópolis creando así su propia marca. Un ejemplo de aquello fue el Dios Adidas, que decidió crear su propia dinastía deportiva, reclutando a los mejores solados del imperio. La iniciativa del Dios Adidas fue tomada como ejemplo por los demás Dioses, por lo que en poco tiempo existían más de cien marcas a nivel mundial, no solamente deportivas, sino que la competencia también se extendió a artículos como juguetes, alimentos, entre muchos otros. Pero no todo era paz, la necesidad por ser el imperio que más vendía, género conflictos que casi llegaban a las manos, los que lograron ser resueltos pacíficamente gracias al nivel social de los Dioses, sin embargo, un día uno de los Dioses vio que su imperio estaba decayendo considerablemente, la necesidad por vender se hacía urgente y el no encontrar respuesta al problema lo llevo a crear un nuevo concepto en publicidad para sus productos. Este concepto no era nada más ni nada menos que el usar figuras importantes entre la sociedad como medio de atracción para los clientes. Este concepto tubo excelentes resultados, por lo que la competencia no dudo en adoptar este nuevo concepto en ventas, aunque poco a poco fue evolucionando, llegando así a ser la publicidad una herramienta importante en ventas para las marcas mundialmente conocidas.
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